domingo, 28 de diciembre de 2008

¿Australopitecos afarensis en el Cono Sur de América?

Un equipo integrado por investigadores de la Universidá Catolicana y del Centro Austral de Infusiones Científicas va a dar a conocer lo que es, sin ningún género de dudas, el descubrimiento paleoantropológico más importante de la historia, y al que Homorgasmus ha tenido acceso. Procede del yacimiento de “Cueva Inocencios”, situada en el curso medio de Río Chico, entre las estancias Brazo Norte y Markatch Aike, cerca del Parque Nacional de Pali Aike y de la conocida Cueva Fell. Hace algo menos de un año fueron descubiertos allí restos de varios homínidos que pertenecen indiscutiblemente al género Australopithecus y a la especie afarensis, tal y como se publicará el próximo martes en la revista Esciencia, que le ha reservado la portada. El hallazgo da una dimensión inesperada e insospechada al proceso de la evolución humana. “Antes de esto sabíamos que había muchas cosas que aún desconocíamos, pero ahora es posible que no sepamos una mierda. Esto es fascinante”. Así de tajante se ha manifestado un mundialmente reconocido paleontropólogo que prefiere permanecer en el anonimato.

En otros términos se ha pronunciado Asuagua. “Nosotros ya lo sospechábamos, pero no habíamos movido ficha porque nos faltaban pruebas y la ciencia se basa en pruebas y no en barruntos ni zurrimientos de tripas. ¡Qué caza ni alimento compartido ni forrajeo de lugar central! ¡Lo que nos hizo humanos fue la navegación, pero nada de cabotaje, la transoceánica! El origen de los homínidos indiscutiblemente está en África, pero es evidente que hace unos 3 millones de años, o algo más, al menos un grupo de afarensis salió de ese continente en barcos desde las costas de la actual Etiopía. Pero aquí nos topamos ya con una primera cuestión: siendo seguro que se fueron para abajo –porque el canal de Suez no estaba todavía abierto- ¿tiraron para la izquierda o para la derecha? Vamos a tener que hacer agujeros en niveles geológicos de hace 3 millones de años de medio planeta. No obstante, aun en el más complicado de los escenarios, es decir, en el de que tiraran para su derecha (nuestra izquierda viendo el mapamundi de frente) y llegaran directamente hasta las costas del Cono Sur americano, queda ahora abierta, de par en par, la puerta para un posible origen asiático del género Homo, como algunos han propuesto en alguna ocasión. Hay tiempo de sobras para que por tierra o por mar llegaran al extremo septentrional de América y pasaran a Asia, ellos o sus descendientes, dando lugar a un foco secundario de evolución, o incluso primario, del género Homo en esa parte del mundo” dice Asuaga, que concluye que “en cualquier caso la posición filogenética de H. antecessor no se ve afectada, ni se verá”.





Posible rutas seguidas por afarensis.

Efectivamente, hasta ahora se pensaba que los primeros homínidos en dejar el continente africano habían sido representantes de nuestro propio género –H. ergaster-, hace unos 2 millones de años o algo menos, pero este hallazgo adelanta la salida en más de un millón de años y cambia al protagonista de semejante hito. “Es como si de repente les hubieran puesto un petardo en el culo” –dice el anónimo-, que a diferencia de Asuagua piensa que bien pudieron partir de algún punto de la costa occidental de África, siendo el Chad, con el Australopithecus bahrelghazali ahí localizado por M. Brunet, un punto intermedio en la ruta desde Etiopía hacia el Atlántico. “Ahora el puzzle se nos ha complicado… habrá que empezar a revisar algunos fósiles raros y también algunas fechas muy antiguas de yacimientos asiáticos…antes eran malas, pero ahora igual son buenas, claro. Quizá el género Homo no salió de África, sino que entró en África”.

Con todo hay cosas aún más extraordinarias –si acaso es posible- en el descubrimiento de “Cueva Inocencios”. Se han recuperado restos de varios individuos adultos y no adultos en un excelente estado de conservación, y el estudio de su ADNmt, aunque todavía no ha concluido, ya ha ofrecido resultados sorprendentes. El primero es que da apoyo a la opinión de Obenjoi en relación a la estructura monógama de esa especie australopitecina. En efecto, el análisis de ADNmt realizado por un equipo liderado por Veintepavos, demuestra que un joven macho y una joven hembra eran marido y mujer. Es la primera vez que es posible realizar tal afirmación, y ello gracias a la aplicación de una revolucionaria técnica biomolecular en la que la muestra es sometida a un proceso de preparación muy sofisticado y laborioso: “se procede de forma similar a como cuando se intenta deshacer el puto Cola-Cao –Classic- en leche fría, aplastando con saña las mitocondrias en las paredes de la probeta, rascando luego con la cucharilla y dándole vueltas a la mezcla, pero muy rápido muy rápido en uno y otro sentido, y volviendo a repetir el proceso si es necesario”, dice Veintepavos, añadiendo que, “efectivamente, eran marido y mujer, y además lo eran desde hacía poco tiempo. Creemos muy posible que estuvieran en lo que hoy llamaríamos su “viaje de novios”. Quizás la idea era llegar hasta Bariloche, o al Perito Moreno, eso es algo que quizás no lleguemos a saber nunca, pero sí que hicieron escala en “Cueva Trancas” posiblemente para visitar a la madre y a la hermanastra del flamante nuevo esposo. El ADNmt demuestra que la mujer (la suegra de la recién casada) se quedó viuda –no es que se separara de su primer marido- al poco de dar a luz a su primer vástago, la hija, y que luego se volvió a “casar” y tuvo al hijo que estaba de visita cuando murieron, lo que en mi opinión refuerza aún más la tesis de Obenjoi de la estructura familiar.”


Simplemente increíble.

Homorgasmus seguirá informando acerca de este extraordinario descubrimiento exactamente dentro de un año, el próximo 28 de diciembre.