miércoles, 4 de febrero de 2009

Sansevieria ehrenbergii.

Ayer mismo asistí a una conferencia que se impartía dentro del ciclo “Pa mear y no echar gota: expediiiieeeenteeees equiiiis”. Ya os podeís imaginar de qué van. Ésta versaba sobre “El Último Botín: paaa la saaaca”. En un momento de la misma, abstraído en mis pensamientos (me decía yo a mí mismo que más que semejante crédito a bancos y cajas de ahorro –para nada, bueno sí, para ellos- quizás hubiera sido mejor haberles agarrado los tirantes a los “güevos”) abstraído, como digo, reparé en que en un rincón había una Sansevieria. Sansevieria…, Sansevieria… Aunque igual no te diga mucho el nombre, o nada, es un género de plantas de la familia de las ruscáceas y a algunas de sus especies las tienes que tener más vistas que al tebeo –sin ir más lejos a la S. trifasciata, que igual hasta la tienes en casa en versión natural o en plástico-. Muchas de ellas tienen hojas duras y punzantes y por eso reciben nombres como “espada de San Jorge”, “cola de lagarto”, “lengua de tigre” o… “¡lengua de suegra!”.


S. trifasciata y S. ehrenbergii.


Una de las especies de este género es la S. ehrenbergii, a la que en lengua maa los masai llaman Oldupai. En una zona del norte de Tanzania esta planta prolifera de forma especialmente notable, y ha recibido su nombre como topónimo; es la Garganta de Oldupai (Olduvai desde que empezaron a pulular los europeos por allí).


Garganta de Oldupai (Olduvai).

Hoy es un cañón seco y profundo que en la estación húmeda da salida a aguas de los lagos Ndutu y Masek hasta la depresión de Olbalbal, pero hace algunos millones de años la zona entera era un enorme lago alcalino en el que se fueron acumulando depósitos de sedimentos (algunos de ellos, afortunadamente, de origen volcánico). Posteriormente movimientos tectónicos drenaron el lago, y esos sedimentos empezaron a ser erosionados. En la actualidad el depósito estratigráfico que ha quedado al descubierto tiene 100 m. de potencia y sus capas (beds) más conocidas, la I y II (de base a techo) que abarcan desde 1.8 a 1.2 M.a., han proporcionado restos de Paranthropus boisei y Homo habilis y herramientas de la industria Olduvaiense (registrada ahí por primera vez).

Empezado a excavar en la década de los 30 del pasado siglo por Louis Leakey, es uno de los yacimientos más importantes del mundo. Este mes el Museo Arqueológico Regional de Madrid será sede de un curso dirigido por Manuel Domínguez-Rodrigo, profesor de Prehistoria de la UCM, sobre la Arqueología de los orígenes humanos en el África oriental, en el que este sitio, Olduvai, Oldupai en maa, es protagonista. Aquí dejo la publicidad. Como siempre, "click" para agrandar.