A la hora de proporcionar la pista me he acordado de “la Srta. Araceli”. La Srta. Araceli fue mi primera maestra, cuando yo tenía cuatro años y era un parvulito. Yo creo que fue mi primer amor. No se si llegué a pedirle alguna vez que me esperara…, es posible, pero no lo recuerdo. Las clases de la Srta. Araceli eran verdaderamente entretenidas. Nos hablaba de la teoría del caos, de la de cuerdas, de la de gusanos, de la relatividad, de mecánica cuántica, de un montón de cosas divertidas e interesantes, por más que a mí luego, a los años, me diera por las trócolas y los pingüinos de Adelaida. Un día nos habló del bipedismo, y entre todos enlazamos unos versos, para aprendernos algunas de las distintas teorías y, como decía un amigo, recitarlo en animado coro infantil. Ahí está la pista. Con objeto de que esto no sea un chorizo voy a separar cada verso con una “/”. Empezaba antes, pero llegando a este punto decía:
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Macarras ha habido siempre,/ nos recuerda un tal Jablonski./ Acarrear cajas miles y desintegrar la visa/ despedazando hasta bragas/ en la estación de rebajas,/ no es comportamiento simple/ según la Zihlman sustenta,/ sino adaptación compleja/ que requirió especiación/ de las hembras del copón;/ ¡Sólo corren los cobardes!/ mantiene McHenry, el Henry, [y Rodman, pero no lo incluíamos porque nos fastidiaba la rima]/ y si te pones tiesito/ siempre irás más despacito./ Aclamada por strippers,/ grita la Tanner, ¡carajo!,/ ¡que la clave es el badajo!,/ (sin inmutarse ni así)/ aunque esgrime más razones,/ ya que los machos, ¡mamones!,/ sin que millones de años/ hayan cambiado patrones,/ prefirieron ya de antaño/ copas, puros e intervius/ el ligoteo y el fútbol,/ las cervezas y la plus,/ a las tareas paternas/ dejando en las manos tiernas/ (hasta entonces sólo piernas)/ de las solitarias madres/ la tarea de cuidar / a unos pendejos llorones/ que dando un mal de cojones/ tuvieron mil atenciones./ En estas nos viene el Wheeler/ y nos dice que nanai,/ que la sabana achicharra/ y hasta quel silencio se haga,/ si te quieres ventilar/ te tienes que levantar./ Para no alargarlo más/ terminaré con el Lovejoy/ que suelta con alegría/ que por mojar to los días/ sólo se hacen tonterías.
…
Y seguía.
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Macarras ha habido siempre,/ nos recuerda un tal Jablonski./ Acarrear cajas miles y desintegrar la visa/ despedazando hasta bragas/ en la estación de rebajas,/ no es comportamiento simple/ según la Zihlman sustenta,/ sino adaptación compleja/ que requirió especiación/ de las hembras del copón;/ ¡Sólo corren los cobardes!/ mantiene McHenry, el Henry, [y Rodman, pero no lo incluíamos porque nos fastidiaba la rima]/ y si te pones tiesito/ siempre irás más despacito./ Aclamada por strippers,/ grita la Tanner, ¡carajo!,/ ¡que la clave es el badajo!,/ (sin inmutarse ni así)/ aunque esgrime más razones,/ ya que los machos, ¡mamones!,/ sin que millones de años/ hayan cambiado patrones,/ prefirieron ya de antaño/ copas, puros e intervius/ el ligoteo y el fútbol,/ las cervezas y la plus,/ a las tareas paternas/ dejando en las manos tiernas/ (hasta entonces sólo piernas)/ de las solitarias madres/ la tarea de cuidar / a unos pendejos llorones/ que dando un mal de cojones/ tuvieron mil atenciones./ En estas nos viene el Wheeler/ y nos dice que nanai,/ que la sabana achicharra/ y hasta quel silencio se haga,/ si te quieres ventilar/ te tienes que levantar./ Para no alargarlo más/ terminaré con el Lovejoy/ que suelta con alegría/ que por mojar to los días/ sólo se hacen tonterías.
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Y seguía.
Estabamos nosotros un poco perdidos al final, con eso de lo de “mojar”. Pero me acuerdo de Colón, un compañero, que nos lo explicó. Siempre he odiado a ese Colón. Él fue quien me dijo que no existía el Viejito Pascuero. Snifff.
3 comentarios:
Hola...., uf, es que vengo de dar un paseo por la luna (me estoy entrenando para viajar a Saturno) y casi no llego a tiempo. Aquí va mi aportación: Nancy Tanner plantea que los machos se pusieron a dos patitas para que las hembras pudieran ver sus partes pudendas. Es la “teoría de las demostraciones fálicas". Las hembras se sentirían más atraidas por los machos que fueran enseñando sus cosas, y así el bipedismo de los machos sería consecuencia de una selección sexual por parte de las hembras. Yo, no estoy muy de acuerdo con esta teoría, pero lo dijo la Tanner, no yo. (en esta ocasión la pista ha sido muy buena)
Bien, aquí queda escrita. Ahora pregunto ¿qué se gana?, porque, el viaje a Saturno ya lo tengo con la certificación notarial correspondiente. Ya informarás Jones, te advertí que soy muy competitiva. (me sigue cayendo bien ¿sabes?)
vaya cerdo que te votas solito para subir en el ranking y puteas a los demas blogs con votos negativos
Anónimo, no tengo una mente tan podrida como posiblemnte la tuya para hacer eso. Ya sabes que hay varios aforismos referidos a los malpensados: aplícate el que quieras. Jamás se me ocurriría votar a alguien para perjudicarle, entre otras cosas porque si hago esto es sólo para pasar un rato que tú precisamente no haces agradable, y como lo hago por eso, sinceramente, la posición del blog me la sopla por completo. Parece que a ti no.
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