miércoles, 23 de abril de 2008

Humorgasmus: Así bajamos de los árboles.


La capacidad de análisis y síntesis de quienes a diario nos trasladan noticias o hechos a través de una imagen, de una “tira”, siempre me ha producido verdadera admiración. En lo relativo al tema de la evolución humana ésta que hemos pinchado me parece verdaderamente buena. “El origen del hombre”, con un primate, de aspecto bastante humano, que caído de un árbol se da una buena leche contra el suelo. Se refleja así que lo primero en ese proceso fue adoptar un patrón de vida terrestre (aunque durante tiempo se siguieran manteniendo capacidades arbóreas), que a la larga derivó en el bipedismo y en el “divorcio de pies y manos”.
El bipedismo se ha considerado desde hace tiempo el paso primero, el primum movens, de la evolución humana. Aunque ésta ha sido un evolución en mosaico y hay otros rasgos que nos caracterizan (reducción de las piezas dentarias y de la cara), el que se ha venido empleando para incorporar o no a un primate a la familia de los homínidos (nuestra familia) es el de la facultad de desplazarse sobre sus extremidades posteriores. La raíz de esa especiación parece resultar una conducta “elegida” porque conlleva dificultades (ptosis, varices, pies planos, coxartrosis, hernias discales de la 4ª y 5ª vértebras lumbares, etc.) si bien es cierto que ninguna de ellas se tiene que percibir directa e inmediatamente, pero debía ofrecer una serie tal de posibilidades que fuerzan a pensar que no se trataba, para nuestros primeros antepasados, de una fórmula deficitaria.

No hay comentarios: