jueves, 2 de octubre de 2008

Que cachondo es el Prada.

La última aportación de Juan Manuel de Prada al último número de la revista XLSemanal lleva por título “Creacionismo”, y tengo que decir una cosa, y es que estoy totalmente de acuerdo con él en que “los medios de comunicación alteran la realidad”. No es algo que piense ahora. Efectivamente, hace tiempo que considero que denominar “Ciencias de la Información” al Periodismo es como llamar a un ascensorista, por decir algo, “técnico especialista en transporte vertical”, esto es, una chorrada y una gilipollez. Vale, que sí, que lo sé, que me he pasao, que estamos en lo de siempre, las malditas y odiosas generalizaciones, pero en fin, soy de la opinión de que la normalidad del periodismo, la media aritmética (y posiblemente hasta una desviación estandar, y hasta dos incluso) es caca. Por no echarme a todos los “científicos de la información” encima diré de inmediato que en realidad toda actividad científica está mediatizada por la introducción de factores teóricos, sí, pero por eso mismo, la objetividad de la actividad científica, de un discurso científico, depende más que de la imparcialidad de la observación de la posibilidad de contrastación de sus resultados. Y si se me dice que yo tengo bien pocas posibilidades de contrastar lo que los físicos dicen acerca de los bosones (que así es, ninguna) añadiré que tampoco las tengo de saber si un albatros rebozado en petróleo se moría en el Golfo Pérsico o en la bahía de Prince William Sound, en Alaska, con la diferencia de que dudo mucho que un físico quiera predisponerme hacia algo o contra algo contándome no sé que gaitas de esa escurridiza partícula elemental, y un periodista o un medio de comunicación seguramente sí.
La última aportación de Juan Manuel de Prada en el medio de comunicación en el que colabora altera la realidad. Entre otras cosas dice: “El propio Darwin nunca negó la intervención divina en su obra canónica, El origen de las especies; pero, misteriosamente, la prensa que lo jalea –que, por supuesto, no se ha tomado la molestia de leerlo– suele esgrimirlo como autoridad irrefutable para negar tal intervención, condenando a quienes la afirman al gueto de los indoctos y los oscurantistas.” Pregunto ¿afirma Darwin en algún momento en su obra la intervención de Dios? Pregunto de otra manera ¿desempeña Dios algún papel en los esquemas explicativos de Darwin? Pues no, ninguno. Cero pelotero. Darwin acabó siendo agnóstico. Cuándo dejó de ser creyente es asunto que se ha discutido. Para algunos ya era agnóstico en 1837, cuando empezó a escribir sus Cuadernos (antes de finales de julio de 1838 había realizado en ellos numerosas anotaciones que eran profundamente materialistas), otros (Moore) consideran que más tarde, pero que si quedaba en Darwin algún vestigio teista desapareció por completo en 1851, con la muerte de su hija Annie. Las dudas surgen por la propia ambigüedad de Darwin. Kohn ha indicado que “ni una sola palabra del ambiguo tratamiento de Dios en el Origen puede ser entendida literalmente”. La razón es que su mujer, Emma, era cristiana ortodoxa profundamente creyente, y se convirtió para él “en su modelo de lector victoriano convencional”. Darwin fue cauteloso en la expresión de sus puntos de vista religiosos, pero se le considere deista, agnóstico o ateo, lo que está claro es que en el Origen ya no necesitaba de Dios como factor explicativo.