jueves, 27 de marzo de 2008

Sin ir más lejos.



Pues eso..., sin ir más lejos aquí tenemos, en una fotografía de Fernando Ávila, un resto aparecido en el yacimiento de la Cueva del Monte Castillo, en Cantabria. ¿Y qué es? Pues el arranque de un asta de ciervo. Si está es porque alguien la llevó (pasa como con la lata). De manera que cuando quien fuera la llevó había ciervos por ahí, y los ciervos de antes, como los de ahora, (esto supone aplicar un principio que se denomina actualismo), no debían vivir ni en praderas ni en sitios despejados de vegetación arbórea (¿alguna información de eso?). Ese trozo de asta conserva la corona (se puede ver en la zona superior izquierda), luego es un asta de desmogue, de manera que el ciervo no fue cazado (así que a esa gente además de la carne quizás les interesaba otras cosas de los ciervos... ¿o qué?). Y fijaos en la luchadera inferior... eso no parece un rotura natural, ¡...cielos, está cortada!. Luego alguien, se encontró en el bosque un asta de desmogue que un ciervo perdió (como hacen todos los años los machos, las hembras no tienen astas), se la llevó a su casa y la serró. ¿Acaso no tenía nada mejor que hacer?

Y ya en el yacimiento (melón)... ¿qué?



Por utilizar sólo dos palabras diré que esta fotografía es impre sionante. Es de Gérard Koehl y tiene una galería fantástica sobre los ciervos de Sainte Croix en la dirección indicada. Pero bueno..., nosotros a lo nuestro. ¿Qué pinta un ciervo aquí? En realidad podría haber puesto cualquier cosa: un grano de trigo, una piedra quemada, un trozo de carbón, una raspa, incluso la lata anterior, o no haber puesto nada, pero es que esta fotografía es... me retumba en los oídos el bramido de este ciervo en plena berrea. ¿No lo oís? Aunque la vista se va directamente a su impresionante cornamenta fijaros en su boca. Además está en relación con la próxima entrada y, por no abundar más, tampoco creo que tenga que dar demasiadas explicaciones.
Cuando excavamos en un yacimiento, sobre todo si es prehistórico, hay pocas posibilidades de encontrar restos humanos. Los restos humanos tienen su importancia, claro, porque nos proporcionan una información que de otra forma desconoceríamos. Por ejemplo cuán parecidos eran a nosotros, que enfermedades padecían o si se habían roto la crisma alguna vez, cuál era su calidad de vida (episodios de stress alimenticio, por ejemplo), la composición, en términos generales, de su dieta, etc. Pero uno de sus huesos o un conjunto de ellos nada nos dicen de otros aspectos de la vida humana: cómo transformaba los materiales, cúales usaba, en que médio vivía y en que condiciones climáticas, o si organizaba o no el espacio que ocupaba, por citar sólo algunos de entre una tira de aspectos que me aburriría escribir. Es como si entráramos en una casa abandonada en la que se conservaran muchas cosas de sus ocupantes aunque incluso pocas estuvieran intactas. No sabríamos si sus ocupantes eran altos o bajos, gordos o flacos, feos o guapos, pero seguro que llegaríamos a saber bastantes cosas interesantes de ellos, o cómo si indagáramos en la basura que tira la gente (se ha hecho) para determinar su tipo de alimentación, su poder adquisitivo o cualquier otra cosa.
El resumen es que en una excavación toda evidencia es susceptible de proporcionarnos información, y por lo tanto es importante registrarla y analizarla.

Al hilo de... Atapuerca

Montaje

Acabo de empezar este blog y ya hay una noticia de impacto publicada en el último número de Nature que nos llega del yacimiento burgalés de Atapuerca. No sé si mi pie me va a permitir moverme por este espacio como yo quería. Corro (es un decir) el riesgo de dispersarme, pero en fin... Atapuerca es Atapuerca, y habrá que hablar de ese melón (creo que ya va siendo hora de cambiar el término de melón por el de yacimiento).
Ahora sólo quiero decir que circula un mito urbano entre gente no muy puesta en arqueoloquía que ya es hora de desmentir. Es absolutamente falso, insisto, absolutamente falso, que J.L. Arsuaga y E. Carbonell nacieran ya con un pañuelo de "livais" al cuello y con un salacot en la cabeza respectivamente.

Última Hora.

Fotos: Equipo de Investigación de Atapuerca. Portada de la revista Nature.

Hallado el hombre más antiguo de Europa (1,2 milones de años) en la Sima del Elefante.