Pero ¿cómo han sido datados esos sedimentos y esos artefactos? La técnica utilizada es la de datación mediante la acumulación de radionucleidos cosmogénicos. Continuamente nuestro planeta está siendo bombardeado por rayos cósmicos. La interacción de estos con la atmósfera genera rayos cósmicos secundarios y terciarios, incluyendo neutrones y muones, que al alcanzar la superficie interaccionan con sedimentos y rocas. Dependiendo del tipo de sedimento o mineral que bombardean se generan unos radionucleidos u otros, como podemos ver en la figurita.

Simplificando mucho –porque ya ha quedado claro en el blog que satán siempre complica las cosas- la idea básica de la datación mediante 26Al/10Be es que esos nucleidos se producen a una ratio fija durante el bombardeo al que se ven sometidos los granos de cuarzo cuando están en la superficie, pero ambos nucleidos tienen diferentes vidas medias. Un cacho de cuarzo expuesto durante un tiempo tendrá concentraciones de esos radionucleidos conforme a la ratio de producción. Una vez que ese cacho de cuarzo queda enterrado (porque esta técnica data sedimentos y rocas que han quedado enterradas) deja de ser afectado por los rayos cósmicos y la cantidad de ambos radionucleidos empieza a decaer con ratios diferentes (por la diferente vida media de ambos). La divergencia desde la ratio de producción puede ser usada como reloj. No esta exento de problemas y de complicaciones, claro. Las variaciones en el campo magnético terrestre, la erosión, escudos de material orgánico e inorgánico, cambios geométricos en la exposición de nuevas caras, pueden modificar las ratios de producción o las concentraciones. Por ejemplo, uno de los artefactos datados en el artículo que ha dado lugar a este colgajo no ha sido incluido a la hora de establecer la fecha media. También ha ocurrido con tres muestra de sedimentos –de las 10 dataciones obtenidas se han utilizado 6, como ya se ha dicho. El artefacto en cuestión ha sido excluido por dar una fecha que se considera aberrante, 1.66 ± 0.21 Ma. El argumento es que esta pieza podría haber sido cogida de un relleno más antiguo de la cueva o de una terraza antes de su manufactura.
Próximamente aparecerá publicado en Journal of Human Evolution un trabajo en el que se ha empleado esta misma técnica para datar un yacimiento Achelense en Sudáfrica, obteniéndose una fecha de 1.57 ± 0.22 Ma (R. Gibbon et al.: Early Acheulean technology in the Rietputs Formation, South Africa, dated with cosmogenic nuclides). Se puede consultar en prensa.