La agencia EFE ha difundido que en la cantera “Thomas I” (Casablanca, Marruecos), ha sido recuperada una mandíbula humana de más de 500.000 años. Pertenece a Homo mauritanicus y aparece asociada a numerosos restos de animales (gacelas y antípoles entre otros) e instrumentos líticos correspondientes al Achelense. La excavación está realizada por un equipo franco-marroquí encabezado por Fátima Zohra, del Instituto Nacional marroquí de Ciencias Arqueológicas y del Patrimonio (INSAP), y por Jean Paul Raynal, director de investigaciones en el Centro Nacional galo de Investigación Científica (CNRS).
La cantera Thomas I es un sitio de excepcional importancia paleoantropológica y paleontológica, con varias grutas con restos de homínidos y ocupaciones del Achelense antiguo y medio. En 1963, como consecuencia de su explotación, se encontró un fragmento de mandíbula humana con una mezcla de caracteres arcaicos y evolucionados que se relacionó con el Atlantropus mauritanicus encontrado en 1954 en Tighennif, variedad de Homo erectus. Según los estudios paleomagnéticos, el nivel arqueológico más antiguo dataría del período magnético de Matuyama. Corresponde a un antiguo pantano, alimentado por un curso de agua temporal, emplazamiento atractivo para los animales, y por lo tanto también para el hombre. Contiene un abundante conjunto de herramientas característico del Aclelense antiguo (bifaces, picos, cantos tallados...) y restos de animales (hipopótamo, cebra, gacela, elefante, suidos...). Los sedimentos de la cueva donde se descubrió la mandíbula humana en 1963 son más recientes y datan de aproximadamente 600.000 años. El hombre ocupaba la gruta en alternancia con los carnívoros (hienas, chacales, osos...) como lo prueban los restos de monos, antílopes, gacelas, cebras, caballos, búfalos, jirafas, rinocerontes. Las excavaciones han permitido exhumar han aportado un buen número de cantos tallados y algunos bifaces y varias piezas dentarias también humanas.
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